jueves, 15 de octubre de 2009

historias mínimas (casi son 2)

El era un NO chico en un NO lugar.
Un no chico porque no parecía chico: sus palabras eran sabias como las de un gurú en el medio del Tibet, el problema es que muchas veces en estas civilizaciones convertimos al gurú en gurí, y lo tratamos de inmaduro.
Por eso es que para efectos prácticos de entendiemiento mutuo entre quién escribe y el lector histórico, lo llamaremos gurí, al ya presentado gurú, este último término para quién quiera seguir entendiendo.

El Gurí entonces, sabía lo que quería, sabía qué lo hacía feliz... todo eso sabía. El problema es que ella no, entonces era medio complicado amalgamar gustos, el porque no sabía que era lo que ella quería, y ella porque no sabía que era lo que podía amalgamar con él debido a que no se decidía en lo que ella quería.

Y así... sin más trabalenguas, acertijos o cortejos postmodernos se inició una junta..., un enganche, un buen nexo. Se puede decir que hasta un dueto.

Claro que la postmodernidad dejó una huella plasmada en conversasiones cybernéticas que no van a nungún lado y a todas partes al mismo tiempo.

Me pregunto qué pasará con todas esas palabras que quedan atrapadas en el cyberespacio,... peor aún... con todos los mensajes off line que nunca llegan a destino debido a que su destinatario se encuentra ausente, en un lugar verdadero y no en un no lugar como "la interné".

Pensemos entonces..., qué pasará con estos no gurises, que se conocieron en un no lugar, y que encima se pierden lo que el úno le quiere decir al otro con tanto mensaje off line.

A no desesperar, en los tiempos que vivimos, de hiperconexiones, de estar todo el día on line, de mensajes perdidos en el cyber espacio; es raro... es muy dificil y valioso crear conexiones y las mismas no se dan por ver una foto en face, o un nick en la pantalla.

Se dan por el ser de las dos personas que voluntariamente deciden adentrarse en ese no lugar, a exponer su lugar en la vida.

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