lunes, 7 de diciembre de 2009

Historias menos mínimas

El universo y cosmos actuan de maneras curiosas, casuales si se quiere. Es algo que sospecho desde hace un tiempo.

La gente siempre me solía decir: Las cosas pasan por algo, y de tanto escucharlo se me pegó. Sí, se me pegó como el perfume de las señoras pitucas, o como la persona que viaja conmigo en el omnibus... se me pego.

No sabía bien por qué lo decía, pero lo repetía en cada oportunidad que se me presentaba. De hecho era ya como un caballito de batalla, como la mejor muletilla que cortaba el silencio luego de una triste exposición de vida.

Se me pego...

Y como toda cosa que a uno se le pega, sin realmente aprhenderse de veras, no tenía en verdad un significado real, ni para mi, ni tampoco para los que lo escuchaban atentos esperando encontrar la frase que los salvara de su miseria, la panacea de la felicidad, la anti caja de pandora.

Así seguí un tiempo más, repitiendo al mejor estilo cover una de las frases más trilladas después de: "qué loco que está el clima", o "sabes si pasó el 104?" Hasta que un día, un simple y corriente día, entendi a la perfección lo que esa frase, tan usada, tan gastada, tan cansada de ser dicha en contextos a los que no pertenecía, significaba realmente.

Entendi, al fin entendi que: todo, todo, todoen esta vida pasa por algo.

Cómo? no lo sé... no creo saberlo jamás..., pero eso no es lo que importa. Lo que realmente importa es que vos, yo, tu corredor de seguros, la coca que tomás, el examen que perdés, el corazón que te rompen, el omnibus que perdiste, la amiga checa que conociste, la música extrabagante que te presentó tu vecino, si inclusive el acostarte con el vecino... todo todo todo, paso por algo.

Pasó para que estuvieras hoy en el lugar exacto en donde estás, con la información y el conocimiento que tenés, punto en el cuál, tb estás por algo... pero eso se verá recién un poco más adelante.

Hasta mañana, buenas noches, buenos sueños, buena vida.

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